El hartazgo del móvil ha llevado a la máxima de exigir la prohibición antes de los 16 años. La educadora digital Laura Cuesta (Madrid, 1976), autora de Crecer con pantallas (Editorial Amat), no es partidaria. Huye de dar recetas universales pero si da pistas sobre cómo educar en la complejidad de una sociedad digital. Además, imparte marketing digital y medios sociales en la Universidad Camilo José Cela.
¿Hay que prohibir las pantallas antes de los 16 años?
Entiendo la preocupación de las familias, la tecnología comporta problemas sobre los que hay que hablar, pero no comparto su argumentación, sobre la necesidad de legislar. La tecnología no es una droga. A diferencia del tabaco o el alcohol, que sí que hay que limitar, puede haber un uso saludable. Y, además, no todos los padres opinan igual. Finalmente, creo que es utópico pensar que se puede prohibir.
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¿A qué edad es aconsejable dar el primer móvil?
Depende de la madurez del menor. Incluso en una misma familia, entre dos hijos, hay diferencias. Y también tenemos que tener en cuenta la necesidad de los padres de estar conectados con sus hijos, de llamarlos y ver si han llegado a casa.
Pero entre 12 y 16 hay 4 años de diferencia. ¿Es mejor los primeros años de la ESO, los últimos?
Cada familia tiene que ver la edad adecuada. Lo importante es hablar en casa de los riesgos de la tecnología, ya desde niños. Así cuando les damos un móvil entienden que los límites y los controles son pensando en su bienestar. Eso lo aceptan mejor cuando los padres son aún sus referentes. Cuando dejan de serlo es más difícil. Por eso cuanto más tarde, más difícil pactar.
La edad es un dato objetivo, la madurez no. ¿Hay pistas?
Primero hay que preguntarse: ¿me compensa la batalla? Educar en el móvil requiere tiempo e implicación. Si le cuesta cumplir con los deberes, con las tareas de casa, si por todo hay una batalla... es mejor no abrir otra. Pero si el niño cumple con todo eso, quizás nos podamos sentar con él, hablar de lo que implica, pactar los límites.
¿En qué condiciones hay que dar el primer móvil?
Se puede empezar con un móvil doméstico porque cada vez se usa más WhatsApp para tareas escolares. O un móvil sencillo, que sirva solo para llamar, sin conexión a internet. E ir progresando con el tiempo.
Muchos padres estarán pensando en regalar un smartphone por Navidad.
Es un error. Nunca debería darse como un regalo, el niño debe entender que es una herramienta para comunicarse no un regalo para hacer lo que quiera. No es lógico tampoco que sea de alta gama. Y si queremos que se autorregule, mejor de datos limitados.
¿Qué es efectivo decirles?
Que hay contenidos no aptos y que el control parental es por su bien. Una vez puesto el control, no espiarlos porque eso rompe la confianza. Hay familias que redactan un contrato. Es una opción. Hay que saber que éste se irá renovando con el tiempo.
Cuando uno oye las noticias o a familias con adolescentes mayores la sensación es la de dejar a caperucita en el bosque. Porno, ciberacoso, adicciones.
¡No podemos protegerlos de todo! Vivimos en una sociedad digital. Nosotros lo usamos. Se usa en la escuela. Lo único que podemos hacer es acompañarlos, darles herramientas emocionales, crear un clima de confianza para que, si les pasa algo, nos lo cuenten. Que sepan que estamos ahí. Interesarse por sus influencers, explicarles que hay vidas y cuerpos que no son reales...
Si quieres leer la entrevista en La Vanguardia, haz clic aquí: https://www.lavanguardia.com/vida/20231112/9369212/mas-edad-mas-dificil-pactar-limites.html