Hasta hace algunos años, quizá una década, las preocupaciones que tenían los padres cuando sus hijos llegaban a la edad adolescente, aparte de cuestiones relacionadas con los estudios, se centraban en cosas como el primer consumo de alcohol, el coqueteo con las drogas, los riesgos ante un sexo sin protección, peleas nocturnas tras una noche de fiesta, etc.
Hoy día, sin duda, esto nos sigue sonando a todos los que somos padres y madres de adolescentes y jóvenes, pero con una salvedad, la preocupación, si cabe, es aún mayor. ¿Por qué? ¿Se emborrachan más? ¿Se drogan más? ¿Se pelean más? La respuesta es no.
El problema es que ahora tienen la costumbre de documentarlo todo con sus móviles, tanto lo bueno como lo malo, y así, aquello que antiguamente hubiera podido quedarse en una “mala noche”, hoy les puede acompañar por el resto de sus días.
Sí, es lo que conocemos como huella digital. Y como nos confirma el estudio que realizó empantallados.com, justo eso, la sobreexposición en internet, es la máxima preocupación que las familias tienen en la actualidad, por encima del uso abusivo u otros riesgos como el ciberbullying o el grooming. Y tiene todo el sentido, ya que hacer un uso no seguro o problemático de internet o los medios sociales es lo que puede traer como consecuencia el resto de peligros asociados a las nuevas tecnologías.
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