“Chochete”. Así se llama el nuevo proyecto empresarial de la cantante Soraya Arnelas. Una marca de moda infantil (“familiar”, según la exconcursante de Operación Triunfo) para la que utiliza a su hija de tres años como imagen.
Y si esto no fuera ya de por sí sorprendente, a la menor de tres años también se le ha abierto un blog y un perfil de Instagram donde sus 25 000 seguidores pueden verla en publicaciones que ayudan a saber cómo hacer un tutorial para posar en un videoclip o una sesión de fotos, también en imágenes con los labios pintados de rojo, anunciando que el perfil ya ha llegado a los “21 000 chochetes” (como lo describen con sus propias palabras) o con los tacones de su progenitora.
No es la primera ni la última. Es el controvertido mundo de los kidfluencers –niños influencers–, los menores youtubers y de las familias que, o se lucran o no parecen ver los riesgos. Un tema del que ya hablamos cuando se explicó el aumento del sharenting en las redes sociales y el peligro que esta actividad podía tener para los menores como la sobrexposición o el ciberacoso.
Si quieres leer el artículo entero, haz clic aquí: https://theconversation.com/ninos-influencers-debemos-proteger-a-los-menores-de-las-marcas-o-de-sus-propias-familias-149658