Desde los comienzos de internet, hace ya más de cincuenta años, siempre ha habido personas que han convertido el mundo digital en el centro de su día a día, tanto a nivel laboral como profesional. Una comunidad de amantes de la tecnología gracias a la que hemos podido ir descubrimiento los grandes avances del siglo XX hasta llegar al presente hiperconectado en el que nos encontramos ahora: telefonía móvil, robótica, ordenadores en todos los hogares, impresión 3D, inteligencia artificial, coches autónomos, 5G, todo tipo de realidades (aumentada, mixta y virtual), blockchain, IoT... Toda una maravilla de era digital. Entre ellos, no podemos olvidar nombres como: Nikola Tesla, Steve Jobs, Bill Gates, Elon Musk…
Sí, son los grandes tecnófilos de la historia. ¿Y qué es exactamente la tecnofilia? El término "tecnofilia", tecno (en referencia a la tecnología como conjunto de técnicas, herramientas, métodos y procesos que se utilizan para transformar la materia y la energía con el fin de lograr un objetivo específico) + filia (apego o afición por algo) se utiliza por primera vez en la década de 1960, para describir una actitud positiva y entusiasta hacia la tecnología. Se caracteriza por la adopción temprana de las nuevas tecnologías, el uso intensivo de dispositivos digitales y apps, la creencia en que la tecnología tiene el potencial de resolver problemas importantes en la sociedad, y un sentimiento de que la tecnología mejora la calidad de vida. Es una actitud crítica y reflexiva, que implica el análisis de las ventajas y desventajas de la tecnología, y su impacto en la sociedad.
Pero si somos muchos los tecnófilos que ya estamos deseando saber todo lo que está por venir con el metaverso, también siempre han estado aquellos que miraban lo digital con recelo… Y esto, sin duda, se ha visto agravado en las últimas décadas en las que parece que ha surgido una verdadera corriente ultraconservadora digital: los neoluditas del ¡alejemos a los niños de las pantallas!
Estas inclinaciones tecnofóbicas se escudan en la protección frente a los riesgos y daños que produce la tecnología, pero, realmente, tiene más relación con el pensamiento de rechazar el avance de la tecnología ya que siempre lo vivido anteriormente fue mejor.
Sobre ello he reflexionado junto al Catedrático de Psicología de la Universidad de Granada, y amigo, José César Perales, para Maldita Tecnología.
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